viernes, 9 de agosto de 2013

AKIBA RUBINSTEIN: LA DIFÍCIL SENCILLEZ





¡Claro que me tomo unas vacaciones todos los años, 5 días. Los otros 360 días me dedico al ajedrez!

Akiba Kiwelowicz Rubinstein (Nacido el 12 de Diciembre del 1882 en Stawiski, Polonia, y fallecido el 15 Marzo del 1961 en Antwerp, Bélgica) fue uno de los más fuertes grandes maestros al principio del siglo pasado. La primera Guerra mundial rompió los planes de él y Lasker de jugar un campeonato del mundo, y luego fue demasiado tarde: en su juventud asombró al mundo del ajedrez, derrotando a muchos de la elite de la época (Capablanca, por ejemplo), sin embargo su vida posterior fue marcada por la esquizofrenia y otros males.

Rubinstein aprendió cuando tenía 16 años Sin lugar a dudas una gran dedicación y la ayuda del maestro Gerz Salve, quien lo entrenó y le sirvió de sparring. Rubinstein era judío, y su familia tenía planeado para él convertirlo en Rabí, cosa que no sucedió: después de jugar en un torneo en Kiev, Ucrania, Rubinstein abandonó los estudios rabínicos y se dedicó por entero al ajedrez.
Él fue uno de los primeros jugadores que tomaron en cuenta el final cuando escogían el sistema de aperturas a jugar. Él era especialmente talentoso en los finales, en particular en los de torre, donde mostró nuevas vías para el dominio de estos difíciles finales. Muchos maestros lo ubican entre los mejores jugadores de finales de todos los tiempos, y el maestro de los finales de torre.

No dejó legado literario, algo raro entre los grandes maestros de la época. Sin embargo, muchas ideas en la apertura fueron denominadas con su nombre, debido a su introducción en la práctica magistral, o su uso extensivo por él.


En este ejemplo podemos observar como Rubinstein simplifica teniendo claro como ganar el final de reyes debido a la débil estructura de peones blancos en el flanco de rey.






Aplicando las ideas de Rubinstein ¿que podríamos hacer con negras en esta posición?



 LA INMORTAL DE RUBINSTEIN








1 comentario:

  1. Un descollante jugador ,que mereció llegar a campeón mundial, pero sus nervios , debido a la guerra , en ocasiones le traicionaban ,sumado a su no muy buena suerte . En todo caso ,no había grande ,en sus tiempos , que no le temiera al gran Akiba. Una leyenda del juego, un gigante de finísimas concepciones ajedrecísticas válidas hasta en nuestros tiempos de dominios cibernéticos.

    ResponderEliminar

¿Qué opinas?