martes, 16 de diciembre de 2014

Como el Ajedrez combate el Alzheimer


Francis Bradley acababa de cumplir 79 años cuando fue atropellado por un vehículo en el barrio de Lambeth (Londres) donde residía. Era conocido por los vecinos como un amable señor jubilado, el cual había trabajado toda su vida como contable en la fábrica de cerámica artesanal del barrio. El Señor Bradley tenía además una gran afición al ajedrez, el cual practicaba en el club local de forma regular. El comentaba a sus familiares y allegados que le servía para distraerse y mantenerse mentalmente activo. Semanas antes de su fatal desenlace este simpático jubilado inglés había comenzado a dar síntomas de que los años también le estaban empezando a pasar factura. Uno de los días que volvía del club de ajedrez, donde cada vez le costaba más ganar una partida, no supo cómo llegar a su domicilio. En otra ocasión hablando con sus hijos comenzó a confundir los nombres de estos y por si fuera poco llegó a comentar que no entendía cómo la gente iba tan abrigada si estaba a punto de empezar el verano. Tras su muerte y para esclarecer responsabilidades se le practicó una autopsia y sorprendentemente ésta reveló que el señor Bradley  se hallaba en un estado terminal de Alzheimer. Sin embargo, los síntomas que mostraba no eran más que el inicio de ésta dura y difícil enfermedad. Entonces surgió la pregunta sobre  cómo era posible que el señor Bradley fuera autosuficiente en sus últimos años de vida cuando según el desarrollo de su enfermedad debía estar encamado y  terminal, ¿le ayudaba la práctica diaria del ajedrez a frenar del desarrollo del Alzheimer?

Esta historia contiene nombres que no son reales para proteger la intimidad de las personas y además ha sido novelada por el que escribe. Sin embargo, si guardan relación con una publicación de la revista científica Neurocase por la cual suponía un impresionante hallazgo este hecho real que yo he novelado. Por otro lado, recientes estudios realizados en el hospital Albert Einstein de Nueva York sobre personas cuyas edades están comprendidas entre los 57 y 80 años revelan que estadísticamente las actividades que más favorecían a estas, para mantener (y en algunos casos sorprendentemente aumentar) sus niveles de concentración y memoria eran el ajedrez y el baile.
Como bien es sabido es bueno prevenir antes que curar, el ajedrez, la música, el baile, los juegos mentales y  las matemáticas pueden estar dentro del ámbito de las actividades que benefician el desarrollo de la concentración y la memoria.
Ahondando en el ajedrez, el poder de la memoria de un ajedrecista se refleja en las hazañas de los jugadores legendarios como es el caso del protagonista de la siguiente anécdota. En el año 1925 el Gran Maestro Richard Reti batía el récord de partidas simultáneas a la ciega que poseía hasta entonces el que posteriormente sería campeón del mundo Alexander Alekhine, jugando 29 partidos en total. Venció en 21, empató 6 y perdió sólo dos. Tras terminar las partidas simultáneas recibió una gran ovación, el maestro abandona la sala de juego, a la que volvió unos minutos después ya que había olvidado su paraguas y sombrero. Se excusó ante todos los asistentes, diciendo que poseía una muy mala memoria. Los aficionados que allí estaban quedaron perplejos, ya que más bien a eso se le llama ser despistado y precisamente no tener mala memoria. Especialmente después de haber jugado 29 partidas a la vez, sin ver los tableros y piezas lo que supone controlar mentalmente cerca de 2.000 jugadas de ajedrez que se pudieron realizar en esas partidas. El caso de Richard Reti es un ejemplo extremo del uso de la concentración y la memoria pero muchos aficionados de ajedrez realizan cálculos y ejercicios de memoria que no son nada desdeñables.
El que escribe estas líneas es Maestro Fide de ajedrez, el primero de los tres grandes títulos otorgados por la Federación Internacional, siendo los dos superiores Maestro Internacional y Gran Maestro. Hoy martes me he puesto a prueba y me he intentado acordar de partidas que he jugado con mis alumnos ayer lunes y una de las que jugué en un torneo de rápidas de Mazo, el pasado sábado. He conseguido acordarme con claridad de cuatro de ellas, lo que supone acordarse de aproximadamente de 154 jugadas distintas de ajedrez, realizadas en días anteriores. Las expongo al final de este artículo y os aseguro que este ejercicio lo pueden realizar no sólo  maestros sino también aficionados y jugadores habituales del ajedrez. Quizás esto no tenga una utilidad práctica inmediata en la vida cotidiana, pero sí demuestra que es un ejercicio útil para la concentración y la memoria. Prueben ustedes a jugar una partida de ajedrez y a recordarla inmediatamente después o incluso en días posteriores, están entrenando la mente por partida doble, una por haber jugado la partida y otra por recordarla con todos los pensamientos y razonamientos que ello conlleva.
Partidas de ajedrez:
(1) ALUMNO 1 – GUSTAVO
1.e4 c5 2.Ac4 d6 3.Cf3 Cc6 4.Cc3 g6 5.d3 Ag7 6.0–0 e6 7.Ae3 Cd4 8.Axd4 cxd4 9.Cb5 Db6 10.Tb1 Ce7 11.Te1 0–0 12.c3 dxc3 13.bxc3 a6 14.Cbd4 Da5 15.Db3 b5 16.Axe6 fxe6 17.Cxe6 Dxc3 18.Cxf8+ Dxb3 19.Txb3 Rxf8 20.d4 Ae6 21.d5 Ag4 22.Cd2 Tc8 23.h3 Ad7 24.Tf3+ Re8 25.Cb3 g5 26.Tg3 h6 27.f4 Ac3 28.Tf1 gxf4 29.Txf4 Ae5 0–1
(2) ALUMNO 2 – GUSTAVO
15.12.2014
1.e4 e6 2.d4 d5 3.Cc3 dxe4 4.Cxe4 Cf6 5.Ad3 Ae7 6.Ag5 Cxe4 7.Axe7 Dxe7 8.Axe4 Db4+ 9.c3 Dxb2 10.Ce2 0–0 11.0–0 Cc6 12.Dd3 h6 13.Af3 Da3 14.d5 Ce5 15.Dd2 Cxf3+ 16.gxf3 exd5 17.Tab1 Dd6 18.Cd4 Ah3 19.Tfe1 Dg6+ 20.Rh1 Dg2mate
(3) ALUMNO 3  – GUSTAVO
15.12.2014
1.e4 e5 2.b3 d5 3.f3 dxe4 4.fxe4 Dh4+ 5.Re2 Dxe4+ 6.Rf2 Ac5+ 7.Rg3 Df4 MATE
(4) NEGRAS GUSTAVO
BLITZ MAZO, 13.12.2014
1.d4 Cf6 2.c4 g6 3.Cc3 Ag7 4.e4 d6 5.Ag5 0–0 6.f4 c5 7.d5 b5 8.Ad3 bxc4 9.Axc4 h6 10.Ah4 Da5 11.Dd2 Db4 12.Ad3 Aa6 13.Cf3 Axd3 14.Dxd3 Dxb2 15.0–0 Cg4 16.Cb5 c4 17.Dxc4 a6 18.Cc7 Db6+ 19.Rh1 Ta7 20.Tac1 Tc8 0-1

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